Sábado 18 de Mayo de 2024

Urge bajar la exposición de los créditos al consumo

ENTREVISTA
Edgar Hernández Behrens, ex superintendente de Bancos, considera necesario reevaluar el objetivo de las carteras obligatorias. También el ex presidente de Cadivi, se refirió a la crisis actual, afirma que urge una correcta administración de las divisas y a la normalización progresiva de los indicadores micro y macroeconómicos

Para el ex superintendente de Bancos y ex presidente de Cadivi, Edgar Hernández Behrens, la banca venezolana muestra en términos generales un comportamiento estable, pero debe estar atenta a las posibles medidas económicas que pudieran afectar al ingreso de los venezolanos y a los niveles de liquidez.

Sostiene que aunque el sector ha incrementado el otorgamiento de los créditos, es necesario redirecionarlos hacia áreas productivas y bajar la exposición de los destinados al consumo. Reevaluar el objetivo de las carteras obligatorias debe ser una tarea, ya que a su juicio, podrían estarse ejecutando solo para cumplir con una obligación y no con la finalidad de desarrollar la actividad económica.

Cree que la banca venezolana ha mostrado un comportamiento estable a lo largo de su historia, salvo algunos episodios críticos. Considera que la buena salud del sector obedece a la supervisión y al establecimiento de reglas claras.

“En términos generales la labor normativa y de supervisión que se hace es importante para mantener la estabilidad del sistema financiero y depurar su funcionamiento de elementos y prácticas que aumentan el riesgo”, señala. “La fijación de parámetros, reglas y normas prudenciales, así como la constante supervisión de las operaciones y del actuar bancario, permite corregir a tiempo las desviaciones que puedan observarse en los bancos por el ánimo de maximizar la rentabilidad, y es lo que ha permitido que aun en crisis económica, el sistema presente indicadores positivos y buenos niveles de estabilidad”, afirma.

Igualmente, sostiene que el marco normativo, la supervisión y la fortaleza de las instituciones financieras en su mayoría sanas, es lo que ha logrado mantener a la totalidad del sistema en momentos críticos en los que los entes supervisores han debido actuar de manera estricta en resguardo de los ahorristas y del interés general, como ocurrió los procesos de intervención y liquidación que se hicieron entre 2009 y 2011 y que permitieron depurar y fortalecer el sistema.

-¿La banca de hoy es más sana y más prudente?

Sí. Las experiencias previas han servido para afianzar al sector bancario y a las instituciones que respetan el marco normativo, y para guiar al sistema financiero hacia un desempeño cada vez más ajustado a los estándares de riesgo integral. De hecho, de acuerdo a la Sudeban, por ejemplo, el sistema bancario tiene una alta cobertura de la cartera mala (7,34 veces la cartera mala). No obstante, para evitar situaciones como las que se han experimentado en el pasado, debe reafirmarse la necesidad de una constante y estricta supervisión que mantenga en niveles bajos el riesgo integral de las instituciones.

Resalta que la banca en general ha tenido un buen desempeño durante este año en cuanto al riesgo crediticio, destacándose una baja morosidad y un buen índice de cobertura. Sin embargo –dijo-, no debe descuidarse el indicador de solvencia patrimonial porque los bancos han venido incrementando los gastos de transformación a causa de los altos niveles de inflación, pero que éstos algunas veces no logran ser compensados de igual manera con los ingresos generados por los activos rentables.

Apuntó que la rentabilidad sobre el patrimonio ROE se encuentra en 65,04 a septiembre del 2015, probablemente muy por debajo de la inflación acumulada en el último año (el Banco Central de Venezuela no ha publicado la información sobre el índice de precios). Esto ha impactado en el indicador de solvencia el cual se ha ubicado en 9,86% en la banca de capital privado, levemente por encima de mínimo requerido por la Sudeban de 9%. “La Superintendencia acaba de emitir (22-10-2015) una resolución en la cual permiten deducir en el cálculo de este indicador, el 100% el encaje legal lo cual incide de manera positiva en este ratio”.

En los últimos años la entrega de los préstamos ha estado enfocada en financiamiento para el consumo, más que en áreas productivas, lo que podría generar algunos inconvenientes al sector en momentos críticos. Para Hernández Behrens la calidad del crédito puede estar asociada tanto a la consideración del nivel de riesgo, como al destino de los fondos. Señala que en el primer aspecto, la banca tiene un buen desempeño en términos generales, sin embargo, en cuanto al destino de los préstamos se presenta una situación que debe revertirse.

“Ciertamente la circunstancia económica actual puede inclinar la balanza hacia el financiamiento del consumo por la necesidad que tiene el venezolano de acceder a determinados bienes y servicios, pero siempre he sido partidario de soluciones que ataquen la raíz de los problemas, y mientras el crédito no se redireccione a las áreas productivas hacemos un flaco servicio al desarrollo nacional. Además, la exposición al riesgo de la cartera de consumo es mayor a otras de naturaleza productiva, lo que pudiera afectar los niveles actuales de morosidad en virtud de  la posibilidad de que se realice un ajuste macroeconómico que pudiera afectar la capacidad de las personas para cumplir con sus compromisos crediticios (por ejemplo una política monetaria restrictiva que implique aumento de la tasa de interés)”.

Recordó que cuando fue designado presidente de Banfoandes la tendencia en el banco era, por un lado, de predominio de la cartera de inversiones sobre la cartera de crédito, y por otro, en la propia cartera de créditos un marcado financiamiento para el consumo. “Logramos revertir esa situación en Banfoandes, apoyando principalmente los créditos industriales, agropecuarios y turísticos y servicios relacionados a éstos”.

-¿Cree que debe cerrarse o fusionarse el Banco Industrial de Venezuela (BIV)?

Desde hace un tiempo he considerado la conveniencia de liquidar el BIV, por estimar que sus indicadores y las condiciones generales del banco llevan a esa conclusión, y así lo recomendé cuando me correspondió dirigir la Superintendencia de Bancos, en virtud de su inviabilidad por la deficiencia en su desempeño y alta carga burocrática y de pasivos que refleja.

Salir airosa de la crisis

El sector bancario ha sido junto a las telecomunicaciones, los de mayor crecimiento dentro de la economía venezolana. Sin embargo, al parecer esa expansión se ha desacelerado y surgen las interrogantes sobre si la banca saldrá airosa de la “crisis económica” del país. A juicio del ex superintendente ningún sector está exento de verse afectado por el impacto de una crisis económica y/o financiera, sin embargo, cree que hasta el momento la afectación en el sector bancario ha sido moderada y, en términos generales, ha sorteado satisfactoriamente las consecuencias de las crisis ya que sus indicadores así lo han demostrado.

“En los años en que la economía del país ha tenido sus momentos más críticos, de todo el sector económico y financiero los bancos –por la sanidad del sistema– han sido los únicos con indicadores positivos. No obstante, no debe descuidarse el enfoque de riesgo y la vigilancia sobre la morosidad que suele aumentar cuando la capacidad de pago se ve comprometida, así como los problemas que se podrían generar con motivo de las posibles medidas que se implementen para recoger liquidez con el deseo de controlar la inflación.  Sin embargo, el BCV y la banca en general cuentan con instrumentos para minimizar tales impactos negativos”.

La alta liquidez ha ayudado al sector, ya que muestra baja morosidad a pesar del incremento en la entrega de créditos. Pero, se ha observado iliquidez en algunas instituciones pequeñas y medianas, y por ende se ha incrementado la tasa interbancaria. Hernández Behrens considera que este no es un tema de preocupación, ya que aun cuando puede observarse que en el sistema financiero la alta liquidez no está distribuida de manera uniforme o equitativa en todos los bancos, los niveles de la tasa overnight todavía se mantienen en niveles aceptables para un desenvolvimiento normal del sistema. “Por otro lado, si se observan, por ejemplo, los indicadores de liquidez del sistema, en particular el ratio activo a corto plazo entre pasivo a corto plazo, este se ubicó a septiembre del 2014 en 24,43% y un año después se ubicó en 24,98%”.

-¿Cree necesario que las tasas de interés bancarias sigan controladas?

Si. Con la circunstancia económica actual lo más recomendable es que las tasas sigan siendo fijadas por el Banco Central hasta que se llegue a un nivel de estabilidad que permita su normal fluctuación. Sin embargo, eso dependerá de la política monetaria que el BCV y el Gobierno adopte.

-¿Las carteras obligatorias deben mantenerse?

Sí, pero considero que además de mantenerse deben ser sinceradas. La supervisión debe profundizar en la evaluación y valoración del desempeño que tienen las carteras obligatorias, verificar su cumplimiento y que éste responda realmente a las necesidades de los sectores cuyo crecimiento se pretende fomentar con el financiamiento, evitando, por ejemplo, la alta concentración de los beneficiarios de estos créditos o los desvíos a otro tipo de actividades no productivas.

Resalta que no pueden verse las carteras obligatorias como una simple meta numérica o porcentual que debe cumplirse para no acarrear sanción, sino que se debe profundizar en el contenido de la cartera y de su utilidad real en función del impulso y la satisfacción de las necesidades que demandan los sectores productivos y prioritarios, y en el marco de los planes de desarrollo económico y social de la nación.

Cree además que aún hay espacio para que los bancos de menor tamaño puedan expandirse, ya efectivamente hay algunas entidades que han crecido en los últimos años.

La crisis de las divisas

Hernández Behrens fue también presidente de Cadivi y participó en uno de los momentos más significativos del control de cambio impuesto en Venezuela desde hace ya 12 años. Hoy la caída económica ha estado relacionada con la baja del ingreso de divisas y en declaraciones pasadas ha señalado que “no se han administrado eficientemente las divisas” que ingresaron en los llamado tiempos de “las vacas gordas”. Para el futuro inmediato no avizora que la situación mejore.

A su juicio, históricamente se ha tenido la experiencia de una “administración deficiente” de las divisas que han ingresado al país por la renta petrolera, en la medida en que no han sido utilizadas para impulsar el desarrollo de los sectores productivos no petroleros, y que por el contrario, han servido para afianzar y apalancar la dependencia económica.

“Por ello, dada la configuración de nuestro sistema económico, lastimosamente cualquier pronóstico que se haga para el 2016 depende y pasa por una valoración sobre las estimaciones del precio del petróleo para el mismo período. Hasta ahora, Venezuela no ha tenido éxito en sus propuestas frente a la OPEP para la reducción de las cuotas de producción y la defensa de los precios, por lo que, salvo acontecimientos extraordinarios la situación actual parece extenderse hasta el próximo año”.

El también ex presidente del extinto Cadivi, hoy Cencoex, considera que los grandes cambios que se deben implementar como país, “cuando se hagan, rendirán fruto en el largo plazo”; porque tienen que estar dirigidos a la reconfiguración de lo que hasta ahora se ha tenido como escaso sector productivo nacional por la constante órbita en torno al petróleo y su renta. “No obstante, la crisis actual que ha fijado su epicentro en el sistema cambiario, debe ser atendida a través de la implementación de medidas drásticas y a veces extremas que tiendan a una correcta administración de las divisas existentes y a la normalización progresiva de los indicadores micro y macroeconómicos”.

Destaca por ejemplo, son temas comunes de discusión actual diversas propuestas que van desde la unificación cambiaria hasta quienes plantean una dolarización de la economía y el levantamiento del control cambiario. “Recuerdo que cuando fue presidente de Cadivi siempre recomendé que se mantuviera un solo tipo de cambio y así fue en ese tiempo”.  

Por otro lado, considera que debe hacerse una evaluación de todas las empresas en manos del Estado para optimizar su eficiencia considerando la posibilidad de convertir algunas de ellas en empresas mixtas. “Deben revisarse y considerarse ajustes en los subsidios y, especialmente, en el precio de la gasolina; crear y mantener adecuadamente fondos anticíclicos cuando la situación lo permita, y en general, implementar medidas de administración de la hacienda pública que tiendan a disminuir el déficit fiscal”.

-¿A qué obedecen los problemas económicos en los que está sumergida Venezuela?

En gran parte nuestros problemas económicos obedecen a causas estructurales propias de la configuración de nuestro sistema económico. Necesariamente debe referirse el carácter rentista de nuestra economía petrolera y la dependencia casi absoluta de los precios del petróleo, por lo que ante un escenario de baja internacional de los precios –como sucede ahora– sin duda el país sufre las consecuencias.

Pero además, nuestros problemas económicos tienen raíz en la ausencia de un verdadero y fortalecido sector productivo nacional. Históricamente, cuando el país abandonó la agricultura apoyado en la renta petrolera, se precipitó al desarrollo comercial e importador para cubrir las necesidades de la población, y poco se fomentó el desarrollo de un aparato de producción nacional.

Lo que estamos viviendo es, en la práctica, consecuencia de estas dos variables.

-En los años 2007-2008 fue el período donde al parecer, hubo el mayor impacto de corrupción en el Estado a través de Cadivi. ¿Qué pasó? ¿Por qué cayó la institución, hoy convertida en Cencoex?

Me correspondió presidir Cadivi para su creación e instalación con el fin principal de frenar la fuerte fuga de capitales que se estaba presentando; para ese momento, entre febrero y marzo de 2003, el diferencial cambiario se ubicaba alrededor de un 100% (tipo de cambio oficial antes de la reconversión monetaria era de Bs./$ 1.600 vs. tipo de cambio paralelo Bs./$ 3.200), y a los 20 meses, cuando entregué la gestión se había logrado reducir a solo un 10% (tasa oficial Bs./$ 2.150 vs. cotización paralela Bs./$ 2.350).

Cadivi había logrado cubrir con éxito el 94% de toda la necesidad de divisas a todo el país, e incluso sectores no prioritarios como el consumo electrónico y cupo de viajes recibían $3.000 y $5.000, respectivamente, y no había los fraudes con las tarjetas que aparecieron años después. Se canceló el 100% de la deuda comercial que estaba pendiente desde el control de cambio de 1994-1995 con la OTAC, y las reservas internacionales que estaban en $13.000 millones se entregaron en $30.000 millones con un crecimiento mensual de $800 millones. El riesgo país bajó de 1.400 a 400 puntos y, se liquidaban las divisas a los importadores en 15 días luego de haber nacionalizado la mercancía.

Mucho se ha escrito sobre las causas de la caída posterior de la institución y de todo el sistema cambiario, y considero que gran parte obedece a la disminución de la inspección y la supervisión en la entrega de divisas, la ineficiencia y la corrupción generalizada.

-¿De qué manera la banca podría colaborar más para contribuir al desarrollo económico del país?

El rol de la banca debe estar dirigido al apoyo decidido a los sectores industriales, agropecuarios y turísticos, pero también se requiere de un Estado que fomente, sirva de garantía y acompañe los distintos emprendimientos para lograr la construcción del sector productivo que necesita Venezuela.

Principios espirituales

Edgar Hernández Behrens es autor del libro “Dios en la Gerencia y en los Negocios” y, basado en su experiencia al frente de las instituciones estatales, asegura que si se trabaja bajo los principios de eficiencia, honestidad, transparencia y espiritualidad, la economía venezolana mejoraría.

-¿Por qué escribió “Dios en la Gerencia y los Negocios?

Cuando comencé a escribir el libro, la idea principal fue narrar la experiencia concreta que tuve siendo presidente de una institución financiera en cuanto al desarrollo de una gestión y administración basada en una combinación de estrategias gerenciales con principios espirituales, no sólo con el fin de exponer los principios en sí, sino también los resultados extraordinarios que se obtuvieron en corto tiempo con su implementación.

Ha sido una oportunidad para exponer cómo un banco que se encontraba con un balance negativo y práctico estado de quiebra, pudo pasar a una situación de prosperidad integral que benefició a los clientes, los trabajadores, la comunidad y el propio banco logrando altos niveles de satisfacción.  

Creo que el libro lleva un mensaje de esperanza en la medida en que además de servir de guía para empresarios, productores o emprendedores, es una demostración de cómo incluso el servicio público, la administración del Estado y de sus instituciones puede darse en el marco de la aplicación de principios y valores que son tan necesarios en nuestro país.

-¿Venezuela es un país que tiene futuro?

Venezuela tiene mucho futuro. Para los cristianos la fe se define como la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, y es precisamente de esa fe de donde viene nuestra confianza en el futuro y el porvenir de una Venezuela próspera. Hemos sido bendecidos con un gran país, rico en hidrocarburos, minerales y recursos naturales, y su futuro y el nuestro depende de la administración que se haga de esa riqueza. Teniendo en cuenta nuestro pasado y lo que hemos vivido, debemos soñar, luchar y trabajar en la construcción de un país mejor; escoger y seleccionar lo queremos abandonar pero también lo que deseamos construir para el futuro, por eso en la medida en que como venezolanos seamos capaces de sobreponer los intereses nacionales sobre la polarización que nos estanca y no nos deja avanzar, podremos empezar a andar sobre ese futuro próspero que, en fe, ya vemos.

Por Ahiana Figueroa

redaccion@dinero.com.ve

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