Viernes 19 de Abril de 2024

Venezuela, una encrucijada entre autoritarismo y democracia

ANÁLISIS
De acuerdo con el trabajo, el Gobierno y la oposición mantienen un conflicto asimétrico, dado que una de las partes siente que posee mayor fuerza y puede imponerse a la otra.

Los escenarios políticos que se vislumbran para el país, en 2017, apuntan hacia la posibilidad de que el Gobierno aumente su tendencia autoritarista y se profundicen los obstáculos a las salidas electorales a la crisis.

El analista político Luis Salamanca dijo que “si se descompone la base de apoyo del régimen, existe el temor de que se vaya a un autoritarismo pleno. Dentro de la dinámica de 2016 y de lo que viene está latente el riesgo de que se vaya a una dictadura propiamente dicha”. Dijo que es muy probable que continúe el choque del Gobierno con la oposición.

“Los enfrentamientos son lógicos por la obstrucción fuerte del régimen a las posibilidades del cambio democrático, y esto obedece al alto costo de la salida de funcionarios del Gobierno, mientras la sociedad democrática ve una sola manera de expresarse que son las elecciones. La pregunta es si va a haber elecciones en 2017, pese a que no se han anunciado las de gobernadores y alcaldes. No hay olvidar la tesis gubernamental de que no se hacen elecciones en crisis porque la prioridad es resolver la situación económica y además no se hacen comicios para perder”, explicó.

Salamanca añadió que si se suspenden las elecciones anunciadas para 2017, las de gobernadores debieron realizarse a finales de 2016, el país estaría en términos políticos en una situación de no retorno.

“Supeditar la situación política a la económica es delicado porque aun cuando se den mejoras económicas, esto no significa avances en la calidad de vida. Por ejemplo, en los últimos meses han aparecido algunos productos, pero no se puede acceder a ellos debido a los elevados precios”, afirmó.

El analista cree que ante ese panorama, la oposición debe apostar por un cambio de estrategia y de lucha, defender el derecho al voto e impedir que el gobierno suspenda el sufragio de forma indefinida.

“El mejor escenario para la Mesa de la Unidad Democrática es el electoral, debe tener una estrategia clara y sin fantasías, recuperar la iniciativa que perdió al suspenderse el referéndum revocatorio, al perder esa bandera que fue sustituido por el diálogo”, señaló.

Para Luis Salamanca, en 2017, podría ocurrir que el Gobierno se someta a elecciones, pero sin legalizar a los partidos. Recordó que las amenazas judiciales en contra de la oposición no han parado. “El diálogo se ha utilizado para provocar zancadillas y descalificar a la MUD”, agregó.

El politólogo John Magdaleno sostuvo que cerrada coyunturalmente la vía para el revocatorio presidencial, en 2016, el Gobierno obtuvo tiempo para aproximarse al 10 de enero de 2017. Indicó que el temor a un estallido social y a movilizaciones que pusieran en peligro la estabilidad institucional y de las autoridades fue el motor para que el Ejecutivo insistiera en el diálogo, bajo la mediación de Unasur y el acompañamiento del Vaticano, cuyos efectos son hasta ahora coyunturales y contribuyeron a disminuir la presión de calle.

“El Ejecutivo actuó para desinflar la amenaza de crisis social y el desalojo del poder. La creciente conflictividad y la movilización elevaría los costos del Gobierno”, consideró.

Magdaleno refirió que, para 2017, seguirá la presión opositora por concretar elecciones libres, pero la tarea no será sencilla. Coincidió con Luis Salamanca en la posibilidad cierta de que los comicios regionales se corran hasta 2018. En noviembre, el presidente Nicolás Maduro aseguró que no tiene afán alguno para la reelección y que será en el 2018 cuando el pueblo decida si sigue o no en la primera magistratura del país.

“Para el Gobierno, sin el líder carismático y sin los recursos que anteriormente tenía de la renta petrolera, se vuelve más difícil mantenerse competitivo a través de elecciones porque el riesgo de perder es más alto sin su base electoral”, expresó el director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, en un estudio presentado en noviembre.

De acuerdo con el trabajo, el Gobierno y la oposición mantienen un conflicto asimétrico, dado que una de las partes siente que posee mayor fuerza y puede imponerse a la otra. Según la investigación, el país atraviesa una encrucijada entre el autoritarismo y la democracia.

Presión social. El politólogo Nicmer Evans, miembro de la dirección nacional de Marea Socialista,  señaló que la previsibilidad económica del país no se replica en el ámbito político. Indicó que, en 2017, puede darse una amplia movilización social no conducida por el sector político, pero si generada por la situación país y la búsqueda de la resolución del conflicto nacional tras la paralización del revocatorio con lo que, según apuntó, se dejó correr la calma social.

Consideró que el revocatorio puede ser una posibilidad para lograr una salida menos traumática en 2017. “El referéndum es el mecanismo que puede lograr un espacio de transición”, afirmó. Evans cree en el peso de la presión social para lograr los cambios en Venezuela, pero advirtió que escenarios como “La Salida”, agenda de protestas activadas por un sector de la población en 2014,  podrían conducir a la posibilidad de más autoritarismo.

“Es indudable el perfil autoritario de este Gobierno, Chávez tenía rasgos autoritarios, pero Maduro lo es. De allí a pensar en la instauración de la dictadura, hay un paso”, aseveró.

Evans indicó que el diálogo puede prolongarse pero no se sabe por cuánto tiempo más, con una alta probabilidad de que sea un proceso atípico.

“Aquí hay un diálogo público y un diálogo subyacente. El primero es un reality show que vivimos las 24 horas del día, en el cual se paran y vuelven a sentar. El segundo parte de las negociaciones que han hecho ambas partes, en ningún proceso de este tipo se alcanzan acuerdos en la segunda reunión como ocurrió aquí en noviembre. Creemos que se han obtenido dos acuerdos clave: Que Maduro llegue al poder hasta el 2018 y que se pasen los elementos más antipopulares de la economía para que en un futuro gobierno opositor haya más gobernabilidad, si la oposición gobernase en este momento, no duraría seis meses en el poder. Hasta ahora, el Gobierno ha logrado un paquete barnizado de rojo para tratar de aligerar el costo social”, aseguró.

 

Preocupación presidencial. El diputado Stalin González (MUD- Caracas) dijo que los efectos de la economía sobre la política se sentirán de forma más significativa en el 2017.

“El juego está trancado y el gobierno enredado, vivimos un drama económico y social. El gobierno teme su aislamiento como ocurrió con la salida del Mercosur, y la base principal de su economía depende del exterior. Muchas empresas se reservan el poder de invertir en Venezuela, el gobierno está preso de su dogma y el país preso del gobierno”, afirmó.

El dirigente opositor dijo que aunque Maduro piense que con la crisis actual se va a mantener, se equivoca porque la situación es insostenible y los niveles de crispación de los venezolanos aumentan. “Si alguien debe estar preocupado es Maduro, al pasar el 10 de enero, no solo tendrá en contra a la oposición, también se enfrentará a una parte del gobierno que también quiere su salida, ya se nota en los dirigentes del PSUV que andan en campaña recorriendo el país”, añadió.

González es autocrítico y señala que, en 2017, la MUD debe ponderar bien su agenda de acciones y no plantearse objetivos que estén por encima de las expectativas. Dijo que la salida electoral a la crisis, bandera de la oposición debe darse con la mirada puesta en el punto neurálgico de la crisis política.

“El objetivo último es el cambio institucional. El abstenernos de participar en las elecciones parlamentarias de 2005 nos costó el TSJ y el CNE, así como el resto de las instituciones. El gobierno es poco democrático y eso debe enfrentarse”.

Néstor León Heredia, dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), enfatizó que el Gobierno insistirá en el respeto a la Constitución y las leyes, pero no avalará salidas violentas.

“Pese a las amenazas al mandato de Maduro no hay ninguna posibilidad de que el presidente salga del poder ni por la vía constitucional ni por el golpe continuado que algunos trasnochados quieren. Vamos a elecciones de gobernadores y alcaldes en 2017 y después a las presidenciales, no hemos negado elecciones, desde Chávez hemos hecho más de 20. Pero hay que tener claro que el único camino es la Constitución y la decisión de la mayoría”, puntualizó.

Contrario a lo que señalan los analistas, León Heredia, que fue constituyentista, desechó los señalamientos según los cuales el Gobierno tiene signos de autoritarismo. Considera que “el presidente ha sido flexible ante los ataques de la ultraderecha y de algunos empresarios inescrupulosos,  y ante los ataques mediáticos que, al final, perjudican al pueblo”.

Aseveró que la situación del país durante 2016 fue irregular por las acciones de algunos sectores que provocaron la guerra económica e incidieron sobre el escenario político. “El punto crítico ha sido la cantidad de estrategias que se han venido aplicando desde el imperio y que incide sobre los precios del petróleo. Venezuela no se ha quedado atrás en la baja de estos precios, pero se han ido superando los escollos y, en 2017, viene un repunte de la gobernabilidad”, aseguró.

León Heredia señaló que la dispersión del sector opositor ha favorecido al fortalecimiento del gobierno. Indicó que la alianza opositora, agrupada en la MUD, no tiene ningún elemento unitario por cuanto cada partido defiende sus intereses.

 

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