Viernes 26 de Abril de 2024

Felipe Pérez: Base chavista siente la crisis

ENTREVISTA
Se profesa creyente del socialismo moderno, “ese que tan buenos resultados a dado en Dinamarca, Noruega y Suecia”. Apuesta por la economía solidaria tanto en la producción como en las políticas públicas, y considera que el modelo económico que actualmente tiene el país es un socialismo trasnochado y un capitalismo de Estado.

Cuando Felipe Pérez Martí, exministro de Planificación y Desarrollo, asumió su cargo en junio de 2002 enseguida supo que debía separar la política de la economía para poder enderezar el rumbo del país que se encontraba en medio de una fuerte convulsión social.

Su Plan de Consenso Nacional contemplaba reunir a los grandes gremios representativos del sector privado como la Asociación Bancaria, Fedecámaras, Consecomercio y Conindustria para tratar de lograr el Equilibrio de Coordinación (lo que se denomina Teoría de Juegos) que consiste en enderezar el ámbito económico mediante las perspectivas que tengan los diferentes sectores de la población: “Si mucha gente cree que las cosas va a ir bien pues saldrán bien, aunque cueste creerlo es así, porque la gente invierte, tiene confianza del retorno de su capital y todo resulta bien porque todos los sectores están produciendo”, explicó Pérez Martí quien actualmente se desempeña como profesor universitario en la asignatura Teoría de Juegos.

El exministro también se encontraba impulsando durante su gestión la Planificación Participativa, un plan diseñado para que las comunidades se involucren en la organización y gerencia de los proyectos que atañen a su entorno.

“También impulsé la Comisión de Transformación del Estado para mantener a raya la corrupción mediante procesos de transparencia, es un gran error que actualmente eso no se aplique. Y quise poner el funcionamiento de la Taquilla Única que funcionara vía internet para que todos los procesos fueran expeditos y las licitaciones públicas fueran transparentes”, rememoró el economista.

Pero llegó el paro petrolero en diciembre de 2002, al que se plegó el sector empresarial y la sociedad civil, y esto frenó los planes de alianza entre el sector privado y el Gobierno. Ante la convulsión que representó la paralización de la economía, el expresidente Chávez impuso en febrero de 2003 el control de cambio. También decretó la regulación de precios para los rubros básicos de la cesta básica.

Luego de 11 meses de que Pérez Martí asumiera la titularidad del Ministerio de Planificación y Desarrollo se separó del cargo. En abril de 2003, su descontento por medidas aplicadas por el entonces presidente Chávez como el control de cambio, los casos de corrupción que empezaban a surgir, además de otros desacuerdos, alejaron al  Ministro de uno de los despachos clave del Gobierno.

Se profesa creyente del socialismo moderno, “ese que tan buenos resultados a dado en Dinamarca, Noruega y Suecia”. Apuesta por la economía solidaria tanto en la producción como en las políticas públicas, y considera que el modelo económico que actualmente tiene el país es un socialismo trasnochado y un capitalismo de Estado.

El experto en política monetaria y consultor político, Pérez Martí conversó con DINERO y compartió sus impresiones sobre la crisis que actualmente atraviesa el país.

¿Cuáles son las principales fallas que presenta la economía venezolana?

Nosotros como país rentista petrolero tenemos la enfermedad holandesa. La maldición del oro negro genera gobiernos que no son democráticos y un sector privado bastante corrupto. Eso de la burguesía parasitaria no es mentira, porque hay mucha renta no producida que quiere ser captada por el sector oficial y privado.

Con esta política económica estamos al borde del abismo. El primer síntoma de la enfermedad holandesa es que tenemos una receta de hiperinflación; un déficit sobre 15% de por más de 3 años, y que será de 20% para  el año que viene si no se planifica.

El segundo síntoma es la monetización del déficit: como no hay dinero se imprime de más y eso fue una de las primeras causas de la caída de la Primera República y lo dijo Simón Bolívar en su Carta  de Jamaica.

Hay gente en el Gobierno que se beneficia de esto. A los corruptos se les regala al año 40.000 millones de dólares, si no se les diera esa cantidad de dinero se cerraría el déficit y no se tuviese que imprimir dinero.

El tercer síntoma de la enfermedad holandesa es la baja de la demanda real del dinero. La gente no quiere dinero sino bienes porque sabe que la moneda está perdiendo su valor.

El culpable de la inflación no son los empresarios. La inflación es un fenómeno monetario y el culpable es el Gobierno que emite dinero en exceso, el abuso de la política monetaria es sumamente negativo.

El gobierno de Chávez no corrigió estas cosas: la revalorarización del bolívar (la moneda), lo sobrevaluó mucho: pasamos a desindustrializarnos en comparación con la cuarta república, el Índice de Industrialización estaba en 20% y estamos en 14% actualmente.

¿Cuáles fueron las señales de que no se estaba tomando el camino correcto?

La industria no petrolera exportaba alrededor del 30%, ahora es el 3%, y el boom petrolero no se tradujo en ahorro. Aquí hubo mucho ingreso petrolero y se gastó todo, y no solo eso, el país se endeudó para gastar más, algo totalmente irracional.

No se estabilizó el gasto sino que se hizo el gasto procíclico que es que si tienes muchos ingresos gastas más y cuando tienes poco gastas menos. Pero debe ser al contrario: mientras mayores son tus ingresos menos debes gastar y si tienes poco ingresos debes inyectar más recursos al gasto. Esto no lo hace el Gobierno. El Gasto Fiscal debe ser anticíclico para dar estabilidad a la economía.

El régimen cambiario ha significado una fuente de corrupción tremenda. Alrededor de eso se han organizado mafias tradicionales y nuevas que han fortalecido las redes de corrupción que venían de la cuarta república.

¿Piensa que el descontento es generalizado o solo de un sector?

La clase media cuando protestó en febrero (del año 2014) fue por razones legítimas y encarcelaron a sus líderes.

Ahora la base chavista empieza a sentir el acoso de la situación económica, así que no estás acorralando a un ratón sino a un tigre. Para febrero o marzo veo una tremenda conmoción en el país porque nada funciona: la inflación sigue golpeando a la gente, los salarios se quedan cortos y seguiremos viendo largas colas.

¿Qué opina de la guerra económica?

Es cierto que ha habido una actitud negativa de los empresarios contra Chávez, yo busqué consenso con el sector privado, los empresarios estaban acostumbrados a que ellos se llevaban la renta y les tocaba su pedazo, pero si después del paro conversas con la gente y no comes casquillo todo se soluciona.

El concepto de “guerra económica” está totalmente errado. El grueso del problema económico se debe a errores garrafales del Gobierno: la inflación, acaparamiento, empleo informal y el contrabando se deben fundamentalmente a las políticas públicas erróneas, la situación está muy desquiciada.

La crisis del país es totalmente artificial y no se debe a causas fundamentales como solvencia y liquidez. Aunque hay una lapidación de recursos tremenda aquí en Venezuela, todavía nosotros podemos resolver nuestros problemas sin recurrir al Fondo Monetario Internacional.

¿Cuáles medidas deberían tomarse para solucionar la crisis?

El problema económico es fácil de resolver. En primer lugar, hay que hacer un ajuste del tipo de cambio oficial pero no como devaluación sino como sinceración.

En un régimen de transición tendrías que poner unas bandas de flotación y proponemos que la banda sea de 20 a 40 bolívares, pero no serían bandas fijas sino flexibles.

Normalmente los ajustes son recesivos y contractivos pero aquí la situación es tan especial que un ajuste sería expansivo. En dos o tres años se produce el cambio y se puede crecer 6% interanual.

¿Por qué el presidente Nicolás Maduro no ha aplicado estas medidas?

Porque los corruptos tienen capturado al Gobierno y al país. La captura más grande fue cuando hizo el sacudón.

Ellos están en un plan de robarse todo y luego quererse ir, saben que a Maduro no le queda mucho tiempo y están raspando la olla.

¿Al Gobierno le conviene negociar con la oposición?

Como el Gobierno tiene poco liderazgo y legitimación, se necesita líderes de todos los sectores para hacer un acuerdo. El escenario más probable que ocurra es el arreglo económico y político. Ya el Gobierno sabe que por su propia cuenta no puede salvar al país, y para garantizar alternancia de poder, podría ceder la presidencia, así conservaría el peso moral de “salvar al país”. Sería una estrategia de control de daño para el Gobierno y por tanto le conviene.

Lea la entrevista completa en la edición 295 de la revista DINERO ya disponible en todos los kioskos del país.

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